Pobre Tablet PC. Lleva desde 2004 entre nosotros y sigue siendo un desconocido para la inmensa mayoría de la población. En estados democráticos, tantísimas personas nunca pueden estar equivocadas, tanto por lo que conocen como por lo que desconocen. Si no se conoce el tablet PC, por algo será.
No se si sabéis siquiera lo que es un Tablet PC. Que nos avergüence si no es así, porque lo cierto es que no se merece que se le conozca. Se trata de un ordenador portátil que funciona bajo Windows (¿hace falta decir algo más?) y que se puede girar la pantalla contra el teclado (sí, lo que habéis oido, UN teclado), de manera que queda sólo la pantalla delante del usuario y éste puede interactuar utilizando un lápiz especial.
No voy a meter ninguna imagen de los Tablet PC, porque creo que no están a la altura de este blog. Además de lo que ya he mencionado de que funciona bajo Windows, con todos los problemas que esto conlleva tanto lo que se refiere a virus como a estar de moda, estos dispositivos tienden a pensar más de un kilo. Imaginaos lo que sería llevar por ahí, en vez de los gloriosos 800 g que pesa el dispositivo revolucionario, 1300 g un envoltorio cuadriculado y con teclado. Insoportable.
Pues bien, gracias a Frank García en todoumpc.com, he descubierto que un infeliz se ha atrevido a hacer una comparativa entre escribir en un tablet PC y escribir en un iPad.
Al final de este post os dejo los videos para que juzguéis por vosotros mismos. Eso si, tened cuidado porque la primera impresión puede ser sumamente engañosa. Efectivamente, parecería que la escritura cuando se lleva a cabo en el tablet pc es más fluida, que responde a diferentes presiones hechas con el lápiz y que, además, la escritura manuscrita se puede transformar en texto digital.
¡Paparruchas!
Fijaos, para empezar, en la gran variedad de lápices disponibles que uno puede adquirir después de comprar su dispositivo revolucionario. Sería completamente inaceptable que el ipad viniera con un lápiz, porque rompería nuestra libertad de elección. Y no prestéis la más mínima atención a los rumores que dicen que el ipad no se pensó para utilizar con lápiz. En absoluto. En la ola de revoluciones que estamos viviendo gracias a él, las cadenas causales se invierten y estamos llegando rápidamente a una situación en la que podemos ver con claridad que el lápiz se inventó para ser usado en el iPad.
Después, fijaos en la alegría con la que el usuario hacia las pruebas con el iPad. Mirad el tamaño de letra, mirar los colores, mirad cómo vuelve a una etapa infantil, recordando los felices años en los que su querida maestra le enseñaba a escribir. Desde luego, el resultado es semejante al de la letra de un niño, con todos los beneficios psicológicos que esto produce.
Finalmente, la prueba completamente definitiva: Obama firmó un iPad a uno de sus admiradores. Que se sepa, jamás ha firmado un tablet PC, porque para empezar es un representante elegido por el pueblo y no sabe lo que es un tablet PC. No debe saberlo, de hecho, porque para eso ha sido elegido democráticamente.
Los videos mencionados:
El iPad es Phenomenal
lunes, 8 de noviembre de 2010
sábado, 30 de octubre de 2010
El iPad revoluciona para siempre el email
En la entrada anterior vimos cómo nuestros políticos estaban enamorados de la Tableta del Milenio, y uno de los componentes del amor era el uso del email.
El email es imprescindible para un padre de la patria, un profesional o un padre de familia. Se ha integrado de tal manera en nuestra sociedad que resulta imprescindible para un gran número de ciudadanos, en su vida profesional y privada. El email organiza y transmite, nos da acceso a esos powerpoint de gatitos que nos alegran la mañana, nos protege de virus gracias a los imprescindibles avisos de nuestros amigos y hasta nos trae suerte, al mandar cadenas de email a nuestros amigos.
El email lleva tanto tiempo con nosotros que parecería imposible mejorarlo, y no digo ya reinventarlo.
Error
Craso error
Una vez más, Apple ha vuelto a conseguirlo. El iPad hace del email el instrumento definitivo para la comunicación y organización, tal y como vimos a los políticos españoles.
¿Y cómo lo hace?
Destilándolo. Purificándolo. Eliminando todo elemento innecesario hasta el minimalismo más extremo y luminoso. Juzgad por vosotros mismos:
Es una captura que ha hecho mi amigo Ctitanic. Yo no tengo iPad porque mi mujer no me comprende, ni a mí ni al iPad. Pero gracias a amigos como Frank puedo, al menos, contaros y cantaros las maravillas del dispositivo revolucionario.
Admirad la limpieza y la simplicidad. Todo elemento prescindible ha sido eliminado. ¿Y cuál es el criterio que distingue lo imprescindible de lo que no lo es? ¡Que lo incluya el iPad!
La aparente tautología es en realidad un problema de fe. Por si no andáis muy sobrados de fe, os invito a que comparéis esa obra de arte de la pureza sencilla con un programa antiguo, pasado y, sobre todo, pobre: claws mail.
Ni me molesto en incluir capturas de Thunderbird u Outlook. Su innecesaria complejidad no es sólo engañosa, sino insidiosa. Eso de incluir el calendario, esa aparente potencia de los filtros y demás funcionalidades es un pozo sin fondo para el tiempo de las personas: ¿Qué hay de lo que se tarda en aprenderlo? ¿Y el lío de utilizarlo? La espléndida sencillez del ipad email no tiene compensación.
Por otra parte, podríais tratar de rebatir mi argumento hablando de yahoo email o de gmail. El correo web moderno, podríais argüir, pasa por un cliente web y elimina la dependencia de un cliente local.
Podríais tratar, digo. Inutilmente, añado. Por una parte, está la cuestión de la exclusividad: Cualquiera puede acceder a su email desde cualquier pc o smartphone. Y vosotros no querréis ser cualquiera, ¿verdad? Querréis ser alguien, claro. La aparente similitud entre una app para el iPad y una aplicación web esconde la excelencia de la adaptación de la interfaz al dispositivo, algo completamente fuera del alcance de una aplicación que se emplea con un navegador. Y, por si la exclusividad fuera poco, está la dependencia: si usáis una cuenta de Gmail, dependéis de Google y de que un día os quite el email. Evidentemente, no es el caso del iPad, porque el iPad es un dispositivo físico que habéis comprado y, por lo tanto, es vuestro.
Finalmente, observad al cliente de email en acción (que no sé por qué no se llama i-email, tanto por coherencia como porque, efectivamente, ha reinventado y revolucionado el email).
La pureza resulta apabullante. Pensad sólo en el gozo de usar el teclado virtual justo debajo de la ventana de composición. No sobra ni un píxel siquiera. Si veis el texto, comprobaréis que Frank se está quejando de que no se puede adjuntar un archivo a un email que has empezado a escribir.
¡Paparruchas!
Frank es un tipo genial, amigo de sus amigos, pero respecto al iPad está evolucionando. No ha pasado el tiempo suficiente como para recibir todos los beneficios de su influencia y su mera proximidad física. Todavía no se ha percatado de que adjuntar un archivo es... innecesario. Es innecesario, porque no se incluye en el iPad. Y esto no es caprichoso, como nada lo es en el dispositivo revolucionario (como la eliminación del fastidioso Flash, por ejemplo). El iPad optimiza nuestro flujo de trabajo, y en este caso nos empuja con amabilidad a comenzar a partir del archivo y mandarlo por email, nunca al revés.
¿Cómo-nadie-se-había-dado-cuenta-antes?
Oh, the humanity!
No perdáis el tiempo. Compraos un iPad antes de que sea demasiado tarde, os quedéis atrás y perdáis toda oportunidad de ser exclusivos.
El email es imprescindible para un padre de la patria, un profesional o un padre de familia. Se ha integrado de tal manera en nuestra sociedad que resulta imprescindible para un gran número de ciudadanos, en su vida profesional y privada. El email organiza y transmite, nos da acceso a esos powerpoint de gatitos que nos alegran la mañana, nos protege de virus gracias a los imprescindibles avisos de nuestros amigos y hasta nos trae suerte, al mandar cadenas de email a nuestros amigos.
El email lleva tanto tiempo con nosotros que parecería imposible mejorarlo, y no digo ya reinventarlo.
Error
Craso error
Una vez más, Apple ha vuelto a conseguirlo. El iPad hace del email el instrumento definitivo para la comunicación y organización, tal y como vimos a los políticos españoles.
¿Y cómo lo hace?
Es una captura que ha hecho mi amigo Ctitanic. Yo no tengo iPad porque mi mujer no me comprende, ni a mí ni al iPad. Pero gracias a amigos como Frank puedo, al menos, contaros y cantaros las maravillas del dispositivo revolucionario.
Admirad la limpieza y la simplicidad. Todo elemento prescindible ha sido eliminado. ¿Y cuál es el criterio que distingue lo imprescindible de lo que no lo es? ¡Que lo incluya el iPad!
La aparente tautología es en realidad un problema de fe. Por si no andáis muy sobrados de fe, os invito a que comparéis esa obra de arte de la pureza sencilla con un programa antiguo, pasado y, sobre todo, pobre: claws mail.
Ni me molesto en incluir capturas de Thunderbird u Outlook. Su innecesaria complejidad no es sólo engañosa, sino insidiosa. Eso de incluir el calendario, esa aparente potencia de los filtros y demás funcionalidades es un pozo sin fondo para el tiempo de las personas: ¿Qué hay de lo que se tarda en aprenderlo? ¿Y el lío de utilizarlo? La espléndida sencillez del ipad email no tiene compensación.
Por otra parte, podríais tratar de rebatir mi argumento hablando de yahoo email o de gmail. El correo web moderno, podríais argüir, pasa por un cliente web y elimina la dependencia de un cliente local.
Podríais tratar, digo. Inutilmente, añado. Por una parte, está la cuestión de la exclusividad: Cualquiera puede acceder a su email desde cualquier pc o smartphone. Y vosotros no querréis ser cualquiera, ¿verdad? Querréis ser alguien, claro. La aparente similitud entre una app para el iPad y una aplicación web esconde la excelencia de la adaptación de la interfaz al dispositivo, algo completamente fuera del alcance de una aplicación que se emplea con un navegador. Y, por si la exclusividad fuera poco, está la dependencia: si usáis una cuenta de Gmail, dependéis de Google y de que un día os quite el email. Evidentemente, no es el caso del iPad, porque el iPad es un dispositivo físico que habéis comprado y, por lo tanto, es vuestro.
Finalmente, observad al cliente de email en acción (que no sé por qué no se llama i-email, tanto por coherencia como porque, efectivamente, ha reinventado y revolucionado el email).
La pureza resulta apabullante. Pensad sólo en el gozo de usar el teclado virtual justo debajo de la ventana de composición. No sobra ni un píxel siquiera. Si veis el texto, comprobaréis que Frank se está quejando de que no se puede adjuntar un archivo a un email que has empezado a escribir.
¡Paparruchas!
Frank es un tipo genial, amigo de sus amigos, pero respecto al iPad está evolucionando. No ha pasado el tiempo suficiente como para recibir todos los beneficios de su influencia y su mera proximidad física. Todavía no se ha percatado de que adjuntar un archivo es... innecesario. Es innecesario, porque no se incluye en el iPad. Y esto no es caprichoso, como nada lo es en el dispositivo revolucionario (como la eliminación del fastidioso Flash, por ejemplo). El iPad optimiza nuestro flujo de trabajo, y en este caso nos empuja con amabilidad a comenzar a partir del archivo y mandarlo por email, nunca al revés.
¿Cómo-nadie-se-había-dado-cuenta-antes?
Oh, the humanity!
No perdáis el tiempo. Compraos un iPad antes de que sea demasiado tarde, os quedéis atrás y perdáis toda oportunidad de ser exclusivos.
miércoles, 27 de octubre de 2010
Rajoy y Aguirre, a la cabeza de la sociedad de la información
Bueno, la verdad es que no lo tengo claro, porque lo mismo fue Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid, la primera política española en usar públicamente un iPad.
La SER no me deja incrustar el tremendo video, así que sólo tengo el recurso de transcribirlo. ¿Para qué usa la señora presidenta el iPad?
La SER no me deja incrustar el tremendo video, así que sólo tengo el recurso de transcribirlo. ¿Para qué usa la señora presidenta el iPad?
- Para llevar la agenda, porque una agenda es muy importante para un político.
- El email, "por supuesto", e Internet.
- Los mapas
- La prensa
- Las fotos
- Y como le gustaba mucho tocar el piano, usa el piano virtual del iPad y se lo demuestra al periodista arrancándose con una briosa interpretación a una mano de Para Elisa
Cada vez me resulta más evidente que quien critica al iPad no sólo lo critica por criticar, sin sustancia ni criterio, sino que además es un amargado (o miembra). Sólo un sinsustancia negaría la potencia que un político puede extraer del iPad para servir al ciudadano, llevando a cabo tareas antes inaccesibles. ¡Email! ¡Internet!
Las ventajas del iPad para un político son tan evidentes como abrumadoras, y así otros compañeros de partido han... han... hay que decirlo, ¡Han tomado partido por el futuro! Mucho más, han traido el futuro al pasado, a ese Congreso de los Diputados que, por mucho que sea depositario de la voluntad de los españoles expresada en las urnas, no deja de ser apestosamente analógico. Los PC instalados en las bancadas... por favor, dejémonos de engañarnos: han llegado tarde, mal y, sobre todo, no han estado a la altura de lo que el pueblo espera de ellos. Un servidor público, igual que no puede conducir un Dacia Logan, no puede usar Windows
¿Os imagináis a una ministra o a cualquier política de alto nivel sin estar estilosa en todo momento, vistiendo ropa de Alcampo?
¡Claro que no!
Por lo tanto, si de un político en el templo de la democracia espero el tradicional traje y corbata impecablemente planchados, la línea que ha cruzado hoy Rajoy separa el pasado infecto del futuro brillante. En sus palabras, "El iPad es el invento del siglo"
Y no exagera en absoluto: un PC es tan innecesariamente complejo y, sobre todo, tan vulgar, que un Padre de la Patria no está en condiciones de utilizarlo. ¿Os imaginais a uno de nuestros líderes utilizando un portátil proletario de marca blanca o vagamente conocida? ¡Hasta ahí podíamos llegar!
Pero no es sólo el peso de la púrpura, la carga de la imagen, lo que impulsa al líder de la oposición a usar un iPad. En el día de hoy, en el día que ha entrado a la historia por la puerta grande, Mariano R. ha conectado su iPad a la red de redes mientras tenía el turno de palabra en la tribuna del Congreso, y con los datos en la mano, en tiempo completamente real, ha ejercido la función para la que se le ha votado. El periodista, en con una irreverencia rayana en lo inadmisible, describía así la situación, y la opinión de Rajoy sobre el Invento del Siglo:
Fuentes próximas a Rajoy explicaron que en el iPad lleva su agenda actualizada, lee la prensa a través de Internet, consulta y responde los correos electrónicos, recibe los documentos e informes que le preparan sus colaboradores e incluso guarda fotografías de sus vacaciones familiares.
El iPad va con él en todos los viajes que realiza por España, que suelen ser varios por semana. Incluso, ya lo utilizó la semana pasada durante el debate parlamentario sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2011, en el que se enfrentó con la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado.
Entonces, no lo subió a la tribuna cuando tomó la palabra pero sí lo tenía en el escaño para consultar datos y apuntarse ideas mientras escuchaba las intervenciones de la ministra Salgado.
Esta vez, Rajoy mostró en público el iPad en medio de la sesión de control al Gobierno del Congreso, mientras interrogaba a Zapatero sobre la situación de la economía española. Echó un vistazo rápido a los datos escritos en su nuevo juguete informático y prosiguió con su pregunta al jefe del Ejecutivo.
Agenda, lectura de prensa, consulta del email... la pauta está clara. El político necesita el iPad, y nosotros al político. Como transitiva consecuencia, nosotros necesitamos el iPad
Como dijo Darth Vader en el culmen de su carrera, "es inevitable"
viernes, 8 de octubre de 2010
¡Hola, amiguitos!
No puedo evitarlo.
El iPad y las reacciones que despierta me resulta tan fascinante que una y otra vez escribo sobre él, venga o no venga a cuento.
Es mágico. Es Revolucionario.
Es para tu mamá. Es para estudiar. Es para leer en la cama. Es para el niño y la niña, y se adapta a una cantidad increible de necesidades y usos.
Lo malo es que es tan estupendo que no podía evitar escribir acerca de él cuando trataba temas de informática móvil o de tinta electrónica en tinta-e. Por eso, y por mucho más, he dedicado este modesto espacio a la varita mágica que va a transformar a la humanidad.
El iPad y las reacciones que despierta me resulta tan fascinante que una y otra vez escribo sobre él, venga o no venga a cuento.
Es mágico. Es Revolucionario.
Es para tu mamá. Es para estudiar. Es para leer en la cama. Es para el niño y la niña, y se adapta a una cantidad increible de necesidades y usos.
Lo malo es que es tan estupendo que no podía evitar escribir acerca de él cuando trataba temas de informática móvil o de tinta electrónica en tinta-e. Por eso, y por mucho más, he dedicado este modesto espacio a la varita mágica que va a transformar a la humanidad.
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